El sistema nervioso autónomo explicado de forma sencilla

El cuerpo humano es una máquina compleja, capaz de mantener funciones vitales sin que tengamos que pensar en ellas. ¿Alguna vez te has preguntado cómo tu corazón sigue latiendo, tus pulmones respirando y tu digestión funcionando incluso mientras duermes? La respuesta está en el sistema nervioso autónomo (SNA), una red de nervios que regula, de manera automática e involuntaria, la mayoría de los procesos internos esenciales para la vida.

¿Qué es el sistema nervioso autónomo?

El sistema nervioso autónomo, también conocido como sistema nervioso vegetativo o involuntario, es una parte fundamental del sistema nervioso que controla funciones corporales que no dependen de nuestra voluntad. Entre ellas se encuentran la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la digestión, la temperatura corporal, la sudoración, la respiración, la micción, la función sexual y la producción de saliva, sudor o lágrimas.

Su principal objetivo es mantener la homeostasis, es decir, el equilibrio interno del organismo, adaptándose a las demandas cambiantes tanto internas como externas. Por ejemplo, cuando hacemos ejercicio, el SNA ajusta la frecuencia cardíaca y la respiración para suministrar más oxígeno a los músculos; cuando estamos en reposo, reduce estas funciones para conservar energía.

Divisiones del sistema nervioso autónomo

El SNA se divide en tres partes principales, aunque dos de ellas son las más conocidas y relevantes para el equilibrio corporal:

  • Sistema simpático

  • Sistema parasimpático

  • Sistema entérico (especializado en la regulación del aparato digestivo)

Sistema simpático: el acelerador

El sistema simpático es el encargado de preparar al cuerpo para situaciones de estrés, peligro o emergencia. Es el responsable de la conocida respuesta de “lucha o huida”. Cuando se activa, produce una serie de cambios fisiológicos:

  • Aumenta la frecuencia cardíaca y la fuerza de las contracciones del corazón.

  • Dilata las vías respiratorias para facilitar la entrada de oxígeno.

  • Libera energía almacenada (glucosa) para los músculos.

  • Dilata las pupilas.

  • Inhibe procesos no esenciales en una emergencia, como la digestión y la micción.

  • Estimula la sudoración en las palmas de las manos.

Imagina que te encuentras de repente con un perro ladrando agresivamente: tu corazón late más rápido, respiras más profundo y tus músculos se tensan, todo gracias al sistema simpático.

Sistema parasimpático: el freno

El sistema parasimpático actúa como contrapeso del simpático. Se encarga de conservar y restaurar la energía, promoviendo la relajación y los procesos de recuperación:

  • Disminuye la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

  • Estimula la digestión y la absorción de nutrientes.

  • Favorece la eliminación de desechos (micción y defecación).

  • Promueve la reparación de tejidos y el descanso.

El parasimpático es el protagonista cuando estamos tranquilos, después de comer o durante el sueño. Por eso se le asocia con la respuesta de “descanso y digestión”.

Sistema entérico

Aunque menos conocido, el sistema entérico es una red de neuronas que regula de manera autónoma el funcionamiento del aparato digestivo. Puede actuar de forma independiente, aunque está influenciado por el simpático y el parasimpático.

¿Cómo funciona el sistema nervioso autónomo?

El SNA recibe información sobre el estado interno del cuerpo a través de receptores sensoriales, como barorreceptores (detectan la presión arterial) y quimiorreceptores (monitorizan los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre). Esta información llega al cerebro, especialmente al hipotálamo y el tronco cerebral, que actúan como centros de integración y control. Desde allí, se envían señales a los órganos diana para ajustar su funcionamiento según las necesidades del momento.

La mayoría de las funciones del SNA son reguladas de forma inconsciente, aunque pueden verse influidas por las emociones y el estrés. Por ejemplo, la ansiedad puede acelerar el pulso o causar molestias digestivas, reflejando la conexión entre mente y cuerpo.

Importancia del equilibrio entre simpático y parasimpático

El bienestar depende en gran medida del equilibrio entre el sistema simpático y el parasimpático. Si predomina el simpático durante mucho tiempo (por estrés crónico), pueden aparecer problemas como hipertensión, insomnio, problemas digestivos, fatiga o dolores musculares. Por el contrario, si el parasimpático domina en exceso, puede haber falta de energía, presión baja o digestión lenta.

El cuerpo necesita alternar entre ambos sistemas según la situación, pero en la vida moderna es frecuente que el simpático esté sobreactivado por el estrés, la falta de descanso o el sedentarismo.

Trastornos del sistema nervioso autónomo

El mal funcionamiento del SNA puede dar lugar a trastornos conocidos como disautonomías. Estos pueden ser leves, como la hipotensión ortostática (mareo al ponerse de pie), o graves, como la insuficiencia autonómica múltiple, que afecta a varios órganos y sistemas.

¿Cómo puede ayudar la osteopatía a regular el sistema nervioso autónomo?

La osteopatía es una disciplina terapéutica que utiliza técnicas manuales para restaurar el equilibrio y la movilidad del cuerpo. Numerosos estudios y la experiencia clínica han demostrado que la terapia manual osteopática puede influir directamente en el sistema nervioso autónomo.

  • Efecto parasimpático: Las técnicas osteopáticas, especialmente las craneales y viscerales, han mostrado aumentar la actividad parasimpática y disminuir la simpática. Esto favorece la relajación, la recuperación y la reducción del estrés fisiológico.

  • Equilibrio global: La osteopatía no solo trata síntomas, sino que busca restaurar el equilibrio funcional entre los diferentes sistemas corporales, incluyendo el nervioso, el músculo-esquelético y el visceral.

  • Alivio de síntomas: Al regular el SNA, la osteopatía puede ayudar a aliviar molestias como dolores de cabeza, problemas digestivos, insomnio, ansiedad, fatiga crónica y dolores musculares relacionados con el estrés o la disfunción autonómica.

“La terapia manual osteopática, en combinación con el conocimiento, se convierten en aliados clave en el viaje hacia una vida más saludable y en armonía con nuestro cuerpo.”

El papel del Pilates en la regulación del sistema nervioso autónomo

El Pilates es una disciplina que combina ejercicios controlados, respiración consciente y concentración, lo que no solo fortalece el cuerpo, sino que también tiene un profundo impacto en el bienestar emocional y el equilibrio del SNA.

  • Activación del parasimpático: La respiración profunda y controlada característica del Pilates activa el sistema parasimpático, promoviendo la relajación, reduciendo la producción de cortisol (hormona del estrés) y facilitando estados de calma y bienestar.

  • Reducción de la tensión muscular: El Pilates ayuda a liberar las tensiones acumuladas en zonas como el cuello, los hombros y la espalda, que suelen estar asociadas al estrés y la sobrecarga simpática.

  • Mejora de la conexión mente-cuerpo: El enfoque en la concentración y la precisión de los movimientos favorece la desconexión de las preocupaciones externas y el desarrollo de la conciencia corporal, lo que contribuye a reducir la ansiedad y mejorar el equilibrio emocional.

  • Producción de endorfinas: Como cualquier ejercicio físico, el Pilates estimula la liberación de endorfinas, neurotransmisores que generan sensaciones de placer y felicidad, combatiendo estados de ánimo bajos relacionados con el estrés.

Sinergia entre osteopatía y Pilates

La combinación de osteopatía y Pilates ofrece un enfoque integral para la regulación del sistema nervioso autónomo:

  • La osteopatía restablece el equilibrio físico y funcional, liberando restricciones y facilitando la autorregulación del SNA.

  • El Pilates, a través del movimiento consciente y la respiración, mantiene y potencia ese equilibrio, ayudando a gestionar el estrés, mejorar la postura y aumentar la conciencia corporal.

En conjunto, ambas disciplinas no solo abordan los síntomas, sino que promueven una mejor calidad de vida, ayudando a las personas a adaptarse a las demandas del entorno y a mantener un estado de salud óptimo tanto a nivel físico como emocional.

 

En resumen: El sistema nervioso autónomo es el gran regulador silencioso de nuestro organismo. Mantener su equilibrio es clave para la salud global. La osteopatía y el Pilates, de la mano, son aliados poderosos para restaurar y mantener ese equilibrio, ayudándote a vivir con más energía, menos estrés y mayor bienestar.

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