Los dolores neuropáticos representan uno de los mayores retos en el ámbito del dolor crónico. Afectan tanto al cuerpo como a la mente, condicionando la calidad de vida de quienes los padecen. Sin embargo, existen alternativas más allá de los medicamentos convencionales que pueden marcar la diferencia en el bienestar diario.
¿Qué son los dolores neuropáticos?
Los dolores neuropáticos son aquellos que resultan de una lesión o disfunción en el sistema nervioso somatosensorial, tanto a nivel periférico como central. Se manifiestan con sensaciones anormales como ardor, descargas eléctricas, entumecimiento, alodinia (dolor ante estímulos no dolorosos) y disestesias (sensaciones desagradables espontáneas o provocadas). Afectan aproximadamente al 8% de la población europea, y en muchos casos pueden llegar a ser incapacitantes.
Causas y tipos de dolor neuropático
El dolor neuropático puede originarse por múltiples causas:
Neuropatía diabética
Neuralgia postherpética
Lesiones traumáticas nerviosas
Cirugías
Enfermedades autoinmunes
Compresión nerviosa (como el síndrome del túnel carpiano)
Enfermedades del sistema nervioso central (esclerosis múltiple, ictus)
Se clasifica en dolor neuropático periférico, central o mixto, dependiendo de la localización de la lesión nerviosa.
Limitaciones del tratamiento convencional
El enfoque tradicional suele basarse en fármacos como anticonvulsivos (gabapentina, pregabalina), antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, nortriptilina), inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (duloxetina, venlafaxina) y, en algunos casos, analgésicos tópicos o sistémicos. Sin embargo, el alivio completo es poco frecuente y los efectos secundarios pueden limitar su uso.
Además, los opioides, aunque pueden proporcionar cierto alivio, no suelen ser eficaces para el dolor neuropático y presentan riesgos de dependencia.
Dolores neuropáticos: ¿cómo abordarlos de otra manera?
1. Terapias físicas y movimiento consciente
El ejercicio regular, como caminar varias veces por semana, puede reducir el dolor neuropático, mejorar la fuerza muscular y favorecer la función nerviosa. La fisioterapia, a través de técnicas de movilización y ejercicios personalizados, ayuda a desensibilizar áreas doloridas y prevenir la atrofia muscular.
El pilates terapéutico es especialmente útil para quienes buscan mejorar la postura, la flexibilidad y la conciencia corporal, factores clave en la gestión del dolor crónico y neuropático.
2. Acupuntura y terapias complementarias
La acupuntura ha demostrado ser efectiva en algunos pacientes con dolor neuropático, aliviando síntomas tras varias sesiones. Esta técnica milenaria estimula puntos específicos del cuerpo, promoviendo la liberación de endorfinas y modulando la señalización nerviosa.
Otras terapias como la sofrología, que combina técnicas de relajación, respiración y visualización, ayudan a reducir la percepción del dolor y el impacto emocional asociado.
3. Enfoque psicocorporal: el papel de la mente en el dolor
El dolor neuropático no solo afecta al cuerpo, sino también al estado emocional. La ansiedad, la depresión y el estrés pueden intensificar la percepción del dolor. La terapia cognitivo-conductual (TCC) ayuda a modificar los pensamientos y conductas relacionadas con el dolor, proporcionando herramientas para afrontarlo de forma más positiva.
La integración de la sofrología y la atención plena (mindfulness) permite a los pacientes reconectar con su cuerpo, gestionar el sufrimiento emocional y mejorar la calidad de vida.
4. Innovaciones terapéuticas: fotofarmacología y neuromodulación
La ciencia avanza y aparecen nuevas opciones como la fotofarmacología: medicamentos que se activan con luz en áreas específicas del cuerpo, permitiendo un control más preciso y menos efectos secundarios. Por ejemplo, derivados de la carbamazepina pueden ser activados por luz ámbar para inhibir señales nerviosas dolorosas de manera localizada.
La neuromodulación, mediante estimulación eléctrica de la médula espinal o nervios periféricos, es otra alternativa eficaz para casos resistentes a otros tratamientos.
5. Cambios en el estilo de vida y autocuidado
El autocuidado es fundamental en el manejo del dolor neuropático:
Mantener una rutina de ejercicio adaptada
Cuidar la alimentación y controlar enfermedades subyacentes (como la diabetes)
Evitar el consumo de alcohol y tabaco
Dormir adecuadamente
Practicar técnicas de relajación y respiración consciente
Cuidar los pies y otras zonas sensibles es esencial, especialmente en personas con neuropatía diabética.
Un enfoque integral y personalizado
El abordaje de los dolores neuropáticos debe ser integral, combinando tratamientos médicos, terapias físicas, apoyo psicológico y cambios en el estilo de vida. La colaboración entre profesionales de la salud (médicos, fisioterapeutas, osteópatas, psicólogos) es clave para diseñar un plan personalizado que contemple tanto el dolor físico como el sufrimiento emocional.
Como osteópata, monitor de pilates terapéutico y sofrólogo, mi misión es acompañarte en este proceso, ofreciéndote varias herramientas corporales y mentales para recuperar tu bienestar.
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